21 Pruning the Remaining Fruitful Branches/Podar las Ramas Fructíferas Restantes

Connected to Jesus (Part 4)

Pruning the fruitless branches has a definite effect on the fruitful branches. All the nutrients from the soil now go to the fruitful branches. No nutrients are wasted on the fruitless branches. But the gardener goes one step further to ensure the fruitful branches produce the most fruit possible. He cuts off the extra growth like the water sprouts and the vertical growth. By removing that extra growth, he is ensuring the nutrients from the soil are being used in the productive parts of the branches. Water sprouts and vertical growth almost never produce fruit! If the gardener had left that extra growth there, that would have affected negatively the fruitfulness of the fruitful branches - it would have produced fruit but not as abundant.

How does this apply to the church? Let’s focus on the part where the gardener – God – goes one step farther. Often, we find ourselves occupied with things that are not right or good in God’s eyes. For example, we spend too much time on the internet or television. Or we gossip or practice other hurtful habits. We take for granted the blessings that we have all around us – family, friends, church, home, food, nature just to name a few. And then God comes along and says, “Enough. Come back to Me. Trust in Me. I am your only true need.” And God then allows difficulties, trials, afflictions, pain, and conflicts to enter our lives.

So, the electricity goes off, and we then realize just how over-dependent we are on internet and television. Our gossip backfires on us, and we feel the consequences of our gossip. Or our bad habits end up giving us some sort of health problem. Or suddenly, we lose our job because of the pandemic, and we realize that we can’t give our family what they had before. And the list of problems goes on and on. All of those difficulties are the water sprouts and the vertical growth that need to be removed. How do we react to the difficulties – to these water sprouts and vertical growth? We see our sin and we run to God asking for forgiveness. We repent. And then we ask for transformation, for changes in attitude, for a renewed appreciation for what God has given to us. We ask His Holy Spirit to renew us – to fill us. We return to Him. We trust Him more. We understand our need for Him. We allow the Holy Spirit that dwells in us the place He deserves – we allow Him to nourish/feed/fertilize us. And then we bear fruit – more fruit. More love, more joy, more peace, more patience, more kindness, more goodness, more faithfulness, more humbleness, more self-control.

Reflection: What water sprouts and vertical growth do you have in your life that hinders you from being more fruitful? Repent and let the Spirit who dwells in you make you more fruitful for God’s glory and honor.

Podar las Ramas Fructíferas Restantes

Conectados a Jesús (Parte 4)

La poda de las ramas sin fruto tiene un efecto definitivo en las ramas fructíferas. Todos los nutrientes de la tierra van ahora a las ramas fructíferas. No se desperdician nutrientes en las ramas sin fruto. Pero el jardinero va un paso más allá para asegurarse de que las ramas fructíferas produzcan la mayor cantidad de frutos posible. Corta el crecimiento extra, como los brotes de agua y el crecimiento vertical. Al eliminar ese crecimiento extra, se asegura de que los nutrientes del suelo se utilicen en las partes productivas de las ramas. Los brotes de agua y el crecimiento vertical casi nunca producen frutos. Si el jardinero hubiera dejado ese crecimiento extra allí, eso habría afectado negativamente a la fecundidad de las ramas fructíferas - habría producido fruto pero no tan abundante.

¿Cómo se aplica esto a la iglesia? Centrémonos en la parte en la que el jardinero -Dios- va un paso más allá. A menudo, nos encontramos ocupados con cosas que no son correctas o buenas a los ojos de Dios. Por ejemplo, pasamos demasiado tiempo en Internet o en la televisión. O chismorreamos o practicamos otros hábitos hirientes. Damos por sentado las bendiciones que tenemos a nuestro alrededor: la familia, los amigos, la iglesia, el hogar, la comida, la naturaleza, por nombrar algunas. Y entonces llega Dios y nos dice: "Basta. Vuelve a mí. Confía en mí. Yo soy tu única y verdadera necesidad". Y entonces Dios permite que las dificultades, las pruebas, las aflicciones, el dolor y los conflictos entren en nuestras vidas.

Entonces, la electricidad se apaga, y entonces nos damos cuenta de lo excesivamente dependientes que somos de internet y de la televisión. Nuestros chismes se vuelven contra nosotros, y sentimos las consecuencias de nuestros chismes. O nuestros malos hábitos acaban provocándonos algún problema de salud. O de repente, perdemos nuestro trabajo por culpa de la pandemia, y nos damos cuenta de que no podemos dar a nuestra familia lo que tenía antes. Y la lista de problemas es interminable. Todas esas dificultades son los brotes de agua y el crecimiento vertical que hay que eliminar. ¿Cómo reaccionamos a las dificultades - a estos brotes de agua y al crecimiento vertical? Vemos nuestro pecado y corremos a Dios pidiendo perdón. Nos arrepentimos. Y luego pedimos una transformación, un cambio de actitud, un aprecio renovado por lo que Dios nos ha dado. Le pedimos a su Espíritu Santo que nos renueve, que nos llene. Volvemos a Él. Confiamos más en Él. Comprendemos nuestra necesidad de Él. Permitimos que el Espíritu Santo que mora en nosotros ocupe el lugar que le corresponde - le permitimos que nos nutra/alimente/fertilice. Y entonces damos fruto - más fruto. Más amor, más alegría, más paz, más paciencia, más amabilidad, más bondad, más fidelidad, más humildad, más autocontrol.

Reflexión: ¿Qué brotes de agua y crecimiento vertical tienes en tu vida que te impiden ser más fructífero? Arrepiéntete y deja que el Espíritu que mora en ti te haga más fructífero para gloria y honor de Dios.