7 Jesus Had a Human Generation/Jesús Tuvo Una Generación Humana

Jesus Is Human (Part 3)

The Apostles’ Creed speaks of Jesus’ generation with these words:

[He] was conceived by the Holy Spirit,

And born of the Virgin Mary.

Admittedly, there were some very unusual details related to Jesus’ conception and birth. First, he was conceived by the Holy Spirit rather than by a human father. He was also conceived in a way that did not violate his mother’s virginity. We want to focus on the basic ideas of conception and birth as essentially human experiences.

When the Apostles’ Creed says that Jesus “was conceived”, it has in mind that Jesus began in the same way that all human beings after Adam and Eve have begun: as a tiny baby in his mother’s womb. Passages like Matthew 1:18, Luke 2:5-6; Galatians 4:4 and Hebrews 10:5 indicate that God formed Jesus in Mary’s womb in the same way that he molds every human baby.

Luke 1:34-37 records this conversation between Mary and the angel Gabriel regarding Mary’s pregnancy:

“How will this be,” Mary asked the angel, “since I am a virgin?” The angel answered, “The Holy Spirit will come upon you, and the power of the Most High will overshadow you…. For nothing is impossible with God” (Luke 1:34-37).

Mary herself recognized that to conceive a child in this way would take a miracle. And a miracle is exactly what she got.

What Jesus’ miraculous conception does is to ensure that he’s fully divine as well as fully human, but it does not make him less than fully human. It is true that the conception is a miracle, perhaps one of the greatest miracles that redemptive history has ever known. And yet, from the point of Jesus’ conception forward, his gestation and development in the womb is like any other human being. His passing through the birth canal: normal human birthing process. His being dependent on his mother for his nourishment and his feeding, and everything from having runny noses to having to have his diapers changed is ordinary, normal human experience. He is more than just human, but not less than fully human. — Dr. Robert G. Lister

It is sometimes argued that Jesus could not have been truly human because he did not have a human father. But the very first humans didn’t have fathers either, or mothers for that matter. As Genesis 2 tells us, Adam was molded from the dust of the earth, and Eve was created from Adam’s rib. Neither of them had parents. Neither of them was born from a woman. But they were both fully and truly human. In the same way, Jesus was also fully human even though his conception was far beyond ordinary.

And from all that we know from Scripture, Jesus’ growth in Mary’s womb was also a perfectly natural event, culminating in his birth. He did not appear magically, or descend from heaven at the moment he was born. On the contrary, Matthew 1 and Luke 2 indicate that Mary’s pregnancy was at first undetected, but then became obvious. It even caused her fiancé Joseph to question her fidelity, until God told him the truth in a dream. And the final result was that Jesus was born as a real human baby.

Jesus is fully and completely human. The miraculous conception of Christ in no way minimizes his true humanity. Jesus actually shows us humanity as it’s intended to be in the miraculous conception because we see in Christ that we are able to be fully human without being sinful, which is how we’ll be in heaven. — Dr. K. Erik Thoennes

Jesús Tuvo Una Generación Humana

Jesús Es Humano (Parte 3)

El Credo de los Apóstoles habla de la generación de Jesús con estas palabras:

[Él] fue concebido por el Espíritu Santo

y nació de la Virgen María.

Hay que admitir que hubo algunos detalles muy inusuales relacionados con la concepción y el nacimiento de Jesús. En primer lugar, fue concebido por el Espíritu Santo y no por un padre humano. También fue concebido de una manera que no violó la virginidad de su madre. Queremos centrarnos en las ideas básicas de la concepción y el nacimiento como experiencias esencialmente humanas.

Cuando el Credo de los Apóstoles dice que Jesús "fue concebido", tiene en mente que Jesús comenzó de la misma manera que todos los seres humanos después de Adán y Eva: como un pequeño bebé en el vientre de su madre. Pasajes como Mateo 1:18, Lucas 2:5-6; Gálatas 4:4 y Hebreos 10:5 indican que Dios formó a Jesús en el vientre de María de la misma manera que moldea a todo bebé humano.

Lucas 1:34-37 recoge esta conversación entre María y el ángel Gabriel sobre el embarazo de María:

"¿Cómo será esto", preguntó María al ángel, "ya que soy virgen"? El ángel respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.... Porque para Dios no hay nada imposible" (Lucas 1:34-37).

La propia María reconoció que para concebir un hijo de esta manera haría falta un milagro. Y un milagro es exactamente lo que consiguió.

Lo que hace la concepción milagrosa de Jesús es asegurar que es plenamente divino, así como plenamente humano, pero no lo hace menos que plenamente humano. Es cierto que la concepción es un milagro, quizá uno de los mayores milagros que ha conocido la historia redentora. Y sin embargo, desde el momento de la concepción de Jesús en adelante, su gestación y desarrollo en el vientre materno es como el de cualquier otro ser humano. Su paso por el canal de parto: proceso normal de nacimiento humano. Su dependencia de su madre para alimentarse, y todo, desde los mocos hasta el cambio de pañales, es una experiencia humana normal y corriente. Es más que humano, pero no por ello menos humano. - Dr. Robert G. Lister

A veces se argumenta que Jesús no pudo ser verdaderamente humano porque no tuvo un padre humano. Pero los primeros seres humanos tampoco tenían padre, ni madre. Como nos dice el Génesis 2, Adán fue moldeado del polvo de la tierra, y Eva fue creada de la costilla de Adán. Ninguno de los dos tenía padres. Ninguno de los dos nació de una mujer. Pero ambos eran plena y verdaderamente humanos. De la misma manera, Jesús fue también plenamente humano, aunque su concepción fue mucho más allá de lo ordinario.

Y por todo lo que sabemos por las Escrituras, el crecimiento de Jesús en el vientre de María fue también un acontecimiento perfectamente natural, que culminó con su nacimiento. No apareció mágicamente, ni descendió del cielo en el momento de nacer. Por el contrario, Mateo 1 y Lucas 2 indican que el embarazo de María pasó desapercibido al principio, pero luego se hizo evidente. Incluso hizo que su prometido José cuestionara su fidelidad, hasta que Dios le dijo la verdad en un sueño. Y el resultado final fue que Jesús nació como un verdadero bebé humano.

Jesús es plena y completamente humano. La concepción milagrosa de Cristo no minimiza en absoluto su verdadera humanidad. En realidad, Jesús nos muestra la humanidad tal y como está prevista en la concepción milagrosa, porque vemos en Cristo que somos capaces de ser plenamente humanos sin ser pecadores, que es como estaremos en el cielo. - Dr. K. Erik Thoennes